Ligeti: entre las cuerdas de Eric-Maria Couturier y los 100 metrónomos

Uno de los conciertos más destacables de esta edición del Festival Mixtur, con obras de György Ligeti, Aoi Hasegawa, Marcus Hu, Gregory Evans, Isabel Mundry y una improvisación del propio violonchelista. Seguido por la escucha del Poème symphonique para 100 metrónomos del célebre compositor húngaro.

Eric-Maria Couturier (FR) – Recital para violonchelo.
Sonata for cello solo (1948/1953), György Ligeti (HU) – 7’ 
Dancing Virus (2023) – Aoi Hasegawa (JP) – 3’
Towards Alienation of Memory (2023) – Marcus Hu (AU) – 3’
Torlannol (2023), Gregory Evans (US) – 3’ 
Le corps des cordes (2013) – Isabel Mundry (DE) – 18’
Improvisació – Eric-Maria Couturier (FR) – 10’
Poème symphonique para 100 metrónomos (1962), György Ligeti (HU)- 10’
Fecha: divendres 13 d’octubre de 2023
Hora: 18:00h
Lugar: Museu de la Música de Barcelona

El pasado 13 de octubre, a las 18h, pudimos asistir al recital a cargo del violonchelista Eric-Maria Couturier en el marco del Festival Mixtur, que fue introducido por un extenso comentario a cargo del compositor Joan Arnau Pàmies sobre la obra de György Ligeti, con motivo del centenario. Tras introducir su propio programa, el violonchelista comenzó con la emblemática Sonata para violonchelo solo de György Ligeti, obra temprana en su catálogo (1948-53) y con un marcado sabor bartokiano. Pudimos disfrutar del enorme y generoso sonido que consigue proyectar desde su instrumento, en una extraordinaria interpretación llena de lirismo que, por momentos, en el movimiento rápido, era aderezado por algo de una técnica más propia de otros lenguajes más saturados que el violonchelista domina. En mitad de la pieza ocurrió un pequeño accidente, casi a modo de premonición, en el que alguien del público accionó accidentalmente uno de los 100 metrónomos que esperaban pacientemente para su puesta en marcha.

Eric-Maria Couturier. Fotografia: Festival Mixutr-NuR.Ribas.

Seguidamente, escuchamos las tres miniaturas de los compositores participantes en el Taller de Composición y Experimentación Sonora del festival. Primero, la propuesta de Aoi Hasegawa, Dancing virus: una pieza de grandes contrastes de registro y carácter, que danzaba alegremente entre los colores de una paleta rica, atractiva y transparente. Seguidamente, la propuesta de Marcus Hu, Towards Alienation of Memory, con una búsqueda de un sonido entre lo más difuminado y lo más percutido, en la que el instrumento susurraba y gruñía elocuentemente. Por último, Torlannol de Gregory Evans, donde predominaba una visión gestual, con atractivas distorsiones de gran energía y dramatismo.

Una cierta falta de espacio entre cada pieza hizo que fuera algo complicado distinguir cuándo empezaba una y terminaba la otra. Los tres compositores fueron llamados a saludar juntos, lo cual también dificultó la identificación de cada pieza con la persona. Sin embargo, los tres mostraron una marcada personalidad en cuanto a la aproximación al sonido del instrumento, haciendo que fuera una de las partes más interesantes del concierto.

A continuación, Le corps des cordes de Isabel Mundry, que participaba en el festival también como docente, marcó la diferencia al ser la propuesta más extensa, algo que quizá dificultó un poco el mantener la atención. Resultó llamativo el contraste con las propuestas de los estrenos, por su lirismo y la belleza de sus gestos melódicos. Para finalizar, casi a modo de propina, Eric-Maria Couturier improvisó una breve bagatella que giraba en torno a una misma secuencia armónica, sorprendentemente. Entendemos su brevedad se debe a que el concierto comenzó más tarde de lo planificado.

En definitiva, un interesante recital en el que se pudo apreciar la historia y el cambio estético en cuanto a la aproximación a la escritura para el violonchelo, desde el pasado, Ligeti, hasta el más riguroso presente, tanto por los estrenos como por la improvisación final.

Poème symphonique para 100 mentrónomos. Fotografia: Festival Mixutr-NuR.Ribas.

Después de este concierto pudimos asistir a una interpretación del icónico Poème symphonique para 100 mentrónomos de György Ligeti, con la participación de alumnos del máster de arte sonoro de la Universidad de Barcelona. Pese a lo atractivo de la pieza, a priori, y una introducción quizá también demasiado extensa, la experiencia en sí resultó incómoda, empezando por casi 10 minutos en los que pacientemente observamos cómo se le daba cuerda uno por uno a toda la fila inferior, temiendo que siguieran dando cuerda al resto de filas, y por los más de 30 minutos de duración de la pieza en sí, culminados por un intenso “solo” de uno de los metrónomos, que creemos que duró mucho más de lo planificado. Más allá del interés conceptual e histórico de la radical propuesta de Ligeti, nos pareció, desde el punto de vista de la escucha, algo más bien anecdótico, para ser apreciado tal vez desde una perspectiva diferente a la convencional de los conciertos: sentados, en silencio, delante de un enorme “ruido blanco” de 100 aparatos…

Reseña de Fran Barajas.

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