Ideas y estrategias para integrar la música contemporánea en las aulas

Joan Gómez Alemany escribe en MIKROKOSMOS acerca de la enseñanza musical en las aulas, y plantea alternativas a los modelos actuales.

Lo contemporáneo como eje principal de la enseñanza

Hay que destacar en el aula un aprendizaje significativo, que se centre en lo más relevante y no en una sucesión neutra de hechos cronológicos o acumulación de datos, como suele ser lo habitual. De la misma manera realizando una arqueología del saber, al empezar por la actualidad para luego llegar al pasado, se obtiene una visión mucho más real y práctica; en contra de la enseñanza ordinaria que parte de un pasado lejano para dirigirse hacia el presente, que muchas veces por falta de tiempo no acaba de enseñarse o se hace de manera rápida, cuando nuestra contemporaneidad debería ser lo más destacado. Como escribió Cesare Pavese: «La cultura tiene que empezar por lo que es contemporáneo y documental, por lo que es real, para subir -si fuera preciso- a los clásicos». Aprender un saber enciclopédico y abstracto, poco sirve al alumno y al profesor, ya que deberían buscarse las sinergias y la estimulación sensorial-emotiva. Por ello, la música contemporánea con sus múltiples estéticas, instrumentos, tecnologías, significados, mucho más actuales que la música del pasado (como es obvio), ha de ser el eje de una enseñanza musical del presente y para el presente. 

Se ha de tener muy en cuenta que la música del pasado lega significaciones pasadas, y por tanto, hoy obsoletas. Se analizará seguidamente como inconscientemente la estructura tonal impone jerarquías que deberían en nuestra época (supuestamente) democrática e igualitaria no existir. 

La jerárquica música tonal como metáfora del «pasado» antiguo régimen

Toda creación humana (la cultural incluida) es siempre una cosmovisión de su tiempo. Una música creada durante el Antiguo Régimen, donde los estamentos sociales estaban muy separados entre sí y donde la libertad no existía como la podemos disfrutar hoy en día, es algo que se puede encontrar de manera metafórica en la misma música. Y por tanto, mientras eduquemos con esa música, estamos de manera (in)directa propagando también esa ideología que connota. Por poner un ejemplo, la música tonal (tanto la música clásica, como la música de consumo) está fuertemente jerarquizada por medio de una organizada estructura de sonidos. Nada más evidente que uno de los acordes más importantes de la música tonal, el V grado, se nombre «Dominante». Porque este al «dominar» a la tónica (el I grado) define la tonalidad, que tiene como eje principal la relación Tónica-Dominante-Tónica (I-V-I). A partir de esta «élite de acordes» (como una aristocracia), se derivan subordinadamente el resto de acordes que están muy ordenados de mayor a menor importancia, para que el sistema tonal funcione de manera piramidal. A la «dualidad reinante» dentro del sistema tonal (I y V), están a sus «órdenes sus siervos» como son, una Subdominante (II y IV), que evidentemente está por debajo de la Dominante; posteriormente una Mediante (III) o Submediante (VI), alguien que media es en este tipo de estructuras alguien dependiente de los elementos a los que media, es decir, que está mediado por el dominante; y el último de los 7 acordes (el que ocupa el último escalafón) se nombra sensible (VII). Una caracterización sentimental que por su «propio carácter» es contraria al Dominante, muy dado a «ordenar y dominar» de manera poco «sensible». 

La anterior metaforización de la estructura tonal, que tiene sin duda mucho de sarcástico, pero por desgracia, también mucho de certero, es un buen ejemplo de cómo las estructuras estamentales y jerárquicas se infiltran en los sonidos, pero no solo allí. No es casualidad que la música tonal nació y se desarrolló en sociedades organizadas de manera similar, en estamentos clasificados según su grado de dominación. El Rey o monarca, estaría en la cúspide de la pirámide, la nobleza o aristocracia por debajo junto al clero, y en un último lugar y al servicio de los anteriores, estaría el tercer estado, o la clase trabajador (principalmente campesinos y artesanos). Esta es la organización social paralela al surgimiento y consolidación del sistema tonal (XVI-XVIII), es decir, la sociedad del Antiguo Régimen. Donde la idea que todo ciudadano es igual a otro y tiene los mismos derechos, no existía, dado que esta ideología es consecuencia de la Revolución Francesa que rompió con los estamentos anteriores. Nuestra percepción educada y acostumbrada casi siempre a lo tonal, innegablemente está asociada a sus ordenaciones y sus prejuicios. 

Ejercicios y prácticas para integrar la música contemporánea en el aula

Se finalizará este texto enumerando brevemente y de manera sencilla, prácticas alternativas asociadas a la música contemporánea, que pueden complementarse con las prácticas ordinarias para expandirlas, en continuo diálogo y mutua retroalimentación. Se nombra en primer término las prácticas asociadas a la música contemporánea ausente ahora mismo en las aulas, y, en segundo término, las prácticas asociadas a la música clásica, hoy omnipresentes en el aula. Dado que la segunda no necesita de explicación porque es la habitual, solo se tratará la primera para comentar sus valores positivos frente a las segundas. 

  • 1. Música sin notación / música con notación. Incluir las músicas no escritas proporciona una visión mucho más inclusiva y para todos los niveles, que supeditarse a unas reglas de escritura y notación. Además, el valorar las músicas sin una notación es también valorar muchas músicas no occidentales y de raíz popular. Centrarse exclusivamente en códigos de escritura cerrados (como en la partitura compuesta), hoy en día incluso connota una visión eurocéntrica. 
  • 2. Improvisación / composición. Más allá de la lectura exacta de cualquier código o señal, una visión más libre que reinterprete o reformule el estímulo dado, aporta mayor apertura y creatividad. Cerrar la lectura de manera unívoca (como se hace en una partitura), implica rechazar el elemento improvisatorio que la música ha connotado siempre. Solo fue a partir del siglo XIX en la cultura occidental, cuando la improvisación perdió importancia. Rechazarla, es eliminar muchas músicas del mundo y entender de manera incorrecta la música occidental, donde la improvisación es un elemento clave, sea la música del barroco o el jazz.  
  • 3. Partitura gráfica / partitura funcional. A través de grafismos, dibujos, colores y otras formas exploradas en las artes visuales, es posible crear también partituras. Estas son mucho más abiertas y fáciles de leer por cualquier persona que se atreva a crear su propia manera de interpretarlas, frente a la ya impuesta por la tradición musical en la partitura ordinaria. Además, se estimula un pensamiento interdisciplinar que una las diversas artes entre sí.
  • 4. Sonido electrónico / sonido acústico. En una sociedad ultra-tecnificada y mediada por las últimas tecnologías, utilizar instrumentos que básicamente datan del siglo XIX o antes, resulta totalmente anacrónico. Estimular otras formas instrumentales donde el elemento electrónico es la fuente principal de la música, abre y potencia las cualidades perceptivas y la multiplicidad del sonido. Además de que nos ayuda a entender nuestra esfera sonora, plagada de sonidos electrónicos de los que desconocemos sus maneras de producirlos, ya que estamos básicamente acostumbrados a conocer e interpretar fuentes sonoras acústicas. 
  • 5. Experimentación / reproducción. En vez de repetir modelos ya dados, un uso experimental de la música, implica poner en primer plano el aspecto creativo, investigador e innovador, que toda creación implica. De esta manera se puede entender y valorar la creación desde su mismo proceso de producción, y no solo de reproducción. 
  • 6. Escucha creativa / escucha prefijada. Aunque no suele ser un tema debatido, la escucha es múltiple y la recepción del sonido en un espacio u otro modifica totalmente nuestra percepción. Estamos acostumbrados a una concepción científica que analiza los fenómenos de manera prefijada en espacios neutros como el laboratorio o el expositivo cubo blanco. El sonido, su escucha y disposición, es una realidad a tener totalmente en cuenta y un parámetro a explorar creativamente. 

Para finalizar, mostrando diferentes ejemplos de la música de nueva creación y otras músicas diferentes a las ordinarias, se podrá enseñar y desarrollar las prácticas anteriormente enumeradas. Así se enriquecerá el aula y se le dará un carácter mucho más contemporáneo. 

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